El Bloody Mary es uno de los cócteles más populares de todos los tiempos. Fue inventado por un barman llamado Fernand Petiot, quien inventó este combinado en el Harry’s New York Bar de París en 1920, mezclando a partes iguales vodka y zumo de tomate. Luego se cambió la fórmula refinando el cóctel, añadiendo sal y pimienta, zumo de limón, y unas gotas de salsa Tabasco rojo.
Ingredientes
- Vodka 70 ml
- Zumo de tomate 210 ml
- Zumo de limón 15 ml
- Salsa Tabasco dos gotas
- Pimienta negra molida
- Apio
Cómo hacer bloody mary
A la hora de condimentar este cóctel, es fundamental muy poco Tabasco (dos gotas) para no pasarnos de picante agresivo y dos o tres vueltas de pimienta negra que completarán el efecto picante, para que quede en su punto. Agregamos también el zumo de limón, aproximadamente 15 ml y agitamos con un cubo de hielo para mezclar bien y enfriar. Continuamos con el vodka, utilizando la medida del jigger pequeño o grande, en función de la proporción de alcohol que se desee incorporar. Lo habitual es utilizar una tercera parte de la cantidad de zumo de tomate que se vaya a usar. Para 210 ml de tomate, utilizaremos 70 ml de vodka y la proporción quedará en su punto. Para incorporar el apio y la sal, el barman nos recomienda utilizar sal de apio, que aporta el inconfundible sabor de la hortaliza, sin saturar (evitando de paso que su sabor nos pueda repetir). Además así incorporamos el toque salado. No obstante, para terminar la preparación, vamos a meter una ramita de apio dentro del vaso dejando que asome por fuera que servirá para remover nuestro Bloody Mary, como si fuera una cucharilla. Ya sólo falta el zumo de tomate y agitar para que esté en su punto. En caso de añadir hielo, hay que hacerlo al terminar de servir, sin echar más de dos cubitos para que nuestro Bloody Mary no quede aguado.